EDITORIAL

 
    Tiempos difíciles y grandes esperanzas. Podrían éstos ser dos títulos igualmente válidos para rotular este 2009. Al menos algunas cosas parecen claras. Por ejemplo, que el crash financiero de 2008 ha significado el final definitivo de la posmodernidad y un punto de ruptura en la evolución del capitalismo. 1979-2009 será considerado un ciclo histórico con una indudable unidad. Lo que viene ahora nadie lo sabe con certeza, pero los nubarrones que se divisan en el horizonte son de una negrura intensa.
Todos tenemos que repensar

Sara Rahbar, Flag #19 Memories Without Recollection, 2008



nuestras ideas, nuestras formas de vida y qué futuro queremos. Los artistas tienen un papel muy importante en esta tarea que tenemos por delante. También la filosofía, la teoría y la crítica han de jugar su papel a la hora de pensar el mundo y decidir cómo lo queremos y cómo lo podemos cambiar. Ha pasado la hora de la mirada benjaminiana melancólica, nostálgica y alegórica sobre las ruinas del progreso del mundo. El ángel de la historia debe darse la vuelta y mirar hacia adelante. Algunos ya están apostando con fuerza por una nueva modernidad. Suscribimos enteramente este punto de vista. Los ejercicios de memoria están muy bien, pero hoy toca tomarse en serio la asignatura pendiente de todo pensamiento y todo arte revolucionario: poner bajo nuestro control nuestras condiciones de existencia.  Que esta primavera no se convierta en un atroz invierno por el dominio del conformismo.


JJ, GV